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sábado, 1 de marzo de 2014

Las tiendas de 20 duros

(Las cosas de Goyo Gonzalez)

Hubo una época, hace muchos años, aunque parece que fue ayer, que de repente empezaron a proliferar como si de setas se tratara tiendas de las llamadas de Todo a Cien. O más comunmente llamadas por la gente: “Las tiendas de los 20 duros”. Que parece que hubiera 20 tíos duros ahí en la puerta que te fueran a pegar si no comprabas algo, en fin. Porque no sé si recordáis que había una época en que existían las pesetas, los duros eran cinco pesetas y es más, podías ir a un bar y mantener la espalda sin sangrar debido al sablazo.

Era una época feliz y dinámica en la que teníamos una moneda débil, sí. Pero nos duraba un billete de mil pesetas un poco más de los dos minutos que duran 20 euros actualmente.

Pero en fin, yo iba a hablar de las tiendas de 20 duros y me he ido a cagarme en el euro, como es costumbre ya. El caso es que en ese tiempo de peseta y crisis económica aparecieron estas tiendas que en su mayoría regentaban chinos, aunque no tenía por qué ser así siempre. También los había japoneses.

Total, que de repente se empezaron a abrir tiendas en las que se vendía de todo un poco, desde pistolas de mentirijilla para que los niños petardeasen hasta vajillas de plastiquete con las que irte al campo sin ningún problema. Colonias, fiambreras, artículos de regalo (bonito nombre para decir: gilipolleces sin sentido), souvenirs varios como la sevillana de la peineta y el toro de osborne. En fin, de todo. Y todo a 100 pesetas. ¿Todo?

Bueno, eso era un decir. Porque al principio decían: “¡Todo a 100! ¡Todo a 100!” Pero luego la realidad era que todo era a partir de 100 pesetas, que incluso cosas que valían menos como una postal las ponían a 100. “Ah, es que está todo a 100, se siente”. Y no te pienses que te ibas a comprar un coche teledirigido para tu hijo por 100 pesetas. Que en realidad, de teledirigido nada, que lo tenía que empujar tu padre mientras tú hacías ver que lo manejabas con el mando. En fin, que todo estaba a partir de 100 y te podías encontrar cosas que valían 2000 o 3000 pesetas tranquilamente, con lo que aprendí desde bien pequeño que la publicidad engañosa existía, y la conocían hasta en China.

El caso es que con los años todo cambia, hasta estas tiendas, y si ya eran listos antes, ahora lo son más. Ahora en vez de llamarse: Todo a 100 es Todo a 1 euro. Leches, como ha subido el precio. ¡Un 66%! Pero es que es como todo, como ya hicieron en un programa de la tele, si volvieramos ahora a la peseta todo sería más barato. Antes 1 euro, ahora 100 pesetas. Estaríamos en la gloria. Pero nada, ahora lo ponen todo a 1 euro y se quedan tan anchos, y es que hasta para las tiendas de cuatro cosillas que hacen falta y que te sacan de un apuro, te sacan hasta los ojos con los precios. ¿Donde iremos a parar?

Goyo Gonzalez

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