Afirmando los derechos de la mujer

Aquí os dejo parte de un artículo de la periodista Beatriz Navazo, sobre el Festival de Málaga, donde hace referencia a Carlos Troncoso y al fútbol femenino isleño.

La octava edición de 'Afirmando los derechos de la mujer' ha recibido 191 trabajos de directoras y directores comprometidos, que abordan temas tan variados como, la violencia de género, el abuso de menores, la pobreza, la discriminación... pero también las acciones positivas en favor de la igualdad y la defensa de los derechos de la mujer, como las que este año han obtenido la biznaga. Son historias de minorías étnicas, de inmigrantes, de pioneras que pusieron la primera pica en campos históricamente masculinos. Mujeres que reivindican sus derechos desde la acción, sin pedir permiso ni esperar la aprobación de nadie.

Que le pregunten a Sapi, mariscadora de Isla Cristina. O a Rosa, que lleva más de 40 años partiéndose el lomo trabajando en una fábrica de salazones en el mismo pueblo. Ellas fueron dos de las integrantes de la primera selección nacional de fútbol femenino y defendieron los colores de La Roja 10 años antes de que nacieran Iniesta y Casillas.

Lo hicieron de forma extraoficial, qué remedio, porque en los 70 el equipo no estaba reconocido por la Real Federación Española de Fútbol. Aun así se pusieron el qué dirán por montera cuando aquello de vestirse con pantalón corto y sudar tras un balón era una ocurrencia impropia de una señorita, y le dieron una patada bien dada a las convenciones. Y todo gracias a que un puñado de mujeres como ellas, con espíritu deportivo, se preguntaron por qué no. Por qué no podemos nosotras ser leyendas del fútbol.

Soñar... y hacer

Ahora sí son leyenda, gracias a 'Algo más que una pasión', el documental con el que Carlos Troncoso reivindica para ellas el lugar que se merecen en la historia del fútbol. Porque la lucha por la igualdad, no solo las atañe a ellas. "Estoy remando en la misma dirección que mucha gente, hombres y mujeres. La de valorar a cada uno por sus méritos y no por su género. Si pones una pelota en el suelo y a un lado un niño al otro una niña, los dos van a querer chutarla. La discriminación viene después. Vas tirando de la madeja y ves cómo en algunos campos se burlaban de ellas o las mandaban a fregar... Todas esas barbaridades machistas te golpean por dentro y van alimentando las ganas de querer contar esta historia", afirma Carlos. Por qué no. F: http://www.mujerhoy.com