El villablanquero Andrés Guerrero González (C.A. El Lince-Bonares), fue el único atleta que realizó una reclamación en la XXV Milla Urbana Ciudad de Punta Umbría, prueba celebrada el sábado, día 8, en la población costera. Andrés Guerrero fue perjudicado por el dorsal 408 cuando en los últimos 60 metros de carrera luchaba por lograr el bronce del podio.
El villablanquero en la recta final superó por dos veces a su rival dorsal 408, y otras tantas veces fue obstaculizado por el dorsal 408 cruzándose en la trayectoria al verse adelantado. (En las pruebas de ruta esta penalizado cortar la trayectoria si otro atleta te adelanta). Andrés Guerrero curso la reclamación previo pago de 60 euros que le fue solicitado por un juez. Posteriormente y una vez terminadas todas las carreras de la jornada, el juez-arbitro informo al atleta pidiéndole alguna prueba de fotografía o vídeo, a lo que el atleta agraviado dijo que él estaba corriendo y que por tanto no disponía de fotografía o vídeo. El atleta interrogó al juez-arbitro preguntándole ¿cuando estabas en la zona de meta hacia donde mirabas?, el juez-arbitro respondió "miraba la llegada a meta". El juez-arbitro desestimo la reclamación y dijo al atleta que los 60 euros que aporto se quedaba con el dinero la delegación onubense de atletismo. El "JUEZ-ARBITRO NO QUISO VER LO QUE VIERON CIENTOS DE ESPECTADORES" que se agolpaban en los últimos metros de la zona de llegada a meta, entre otros los padres de un onubense doble campeón andaluz en pista cubierta y al aire libre, y no quiso corresponder en la justa reclamación del pequeño atleta por su legitimo derecho de haber ganado la medalla de bronce en la carrera alevín masculina.
En conclusión, si el juez-arbitro dijo "estoy viendo la llegada a meta" y después dice que no vio nada, es un juez-arbitro que "miente o bien incumple su función de observar y actuar de oficio" en las posibles conductas antideportivas que se pueden producir en la carrera, y que de echo en esta sucedió tal episodio.
En bastantes carreras suele pasar que los atletas al sprint luchan por el podio en los últimos metros, es un momento clave en el que un juez-arbitro (máximo responsable de la carrera) "debe estar más atento que nunca". Resumiendo, el juez-arbitro "mintió", tiene nombre y apellidos pero no se van a citar, todos saben quien es. El pequeño atleta de 10 años "defendió su honor a la verdad" teniendo que pagar al juez 60 euros de fianza, dinero ahorrado con mucho esfuerzo por el deportista durante varios meses.
Juan Guerrero, entrenador del atleta.
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